viernes, 1 de enero de 2010

El instante, como es bien sabido, sólo dura eso y no más, no puede medirse porque su único punto de comparación es él mismo. De los instantes cercanos entre sí existe el presente, también muy rápido en su paso hacia el pasado...

Hace 10 años apenas reinaba el suspenso del Y2K que, confieso, aún no comprendo del todo lo que significaba. En aquella época era yo una adolescente con aires existencialistas y miles de metas a plazo de diez años, más o menos, que no todas salieron como se planeaban, aunque otras han ido saliendo bastante bien. La juventud se va (o tal vez ya se fue, según los parámetros de la UNESCO que la dan por terminada a los 25).

Pero hoy, a mis casi 26 años, comienzo a angustiarme por una especie de y2k personal a suceder dentro de cuatro años y 3 meses, pues mi sistema no está preparado para funcionar sabiendo que mi edad ya no comenzará con 2 sino con 3. Estoy consciente de que el terror de los treinta no tiene que ver con un simple número, sino con lo que hay de fondo, con los límites, igual que cada año nuevo marca algo en todos. Cuestión de símbolos y rituales... para mí, el cumpleaños número treinta responderá a un rito de paso para el cual tendré que estar preparada. ¿De qué forma? Espero respondérmelo poco a poco, aunque tengo una idea y esa será la columna vertebral de este blog.

Escribo en este espacio, un poco para poner orden a mis conflictos existenciales (esos delirios no se me quitan con la edad) y ¿quién sabe? Tal vez haya alguien por ahí que se tope por casualidad con este blog y comparta conmigo algunos de los miedos, gustos y situaciones que en este último tramo de los veintitantos necesitaré resolver o alcanzar con miras a una sola cosa: la felicidad.

¿Qué se necesita para llegar feliz a los 30? Empecemos por partes ¿qué necesito para tener unos excelentes 26 años? Será como una lista de propósitos de año nuevo, pero con la diferencia de que, espero, tendré testigos que al final del año podrán burlarse por no cumplir o aplaudir por lograr realizarlos.



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